viernes, 12 de agosto de 2016

Teatro: La velocidad del otoño (de Magüi Mira) __________Un modelo de mujer.

Lo mejor de la obra: Lola Herrera y la composición que hace de Alejandra. La relación madre-hijo. Que el texto da pie a multitud de interpretaciones y yo pude sacar mi propia visión de la obra. La química sobre el escenario de Herrera y Juanjo Artero.

El momento de la obra: Cris, el hijo, le cuenta a su madre su necesidad de libertad y sus paseos a la cima de la montaña en Suiza buscando saltar de la monotonía.

La frase de la obra:  - "En estos días es raro que mi espalda, mis rodillas y mi cabeza se pongan de acuerdo para moverse a la vez" Alejandra.

Hay muchos motivos por los que Lola Herrera me parece un modelo de mujer. Por lo buena actriz que es, por su belleza atemporal o porque ha conseguido que la Carmen Sotillo de Cinco horas con Mario sea ELLA.
Pero hoy voy a elegir uno de los motivos que no parece reconocérsele lo suficiente, hoy la elijo como modelo de saber envejecer con dignidad, por saber cumplir años con elegancia.
Vivo en un mundo en el que según enciendo la televisión me repiten que a mis treinta y cinco años mi piel debería parecer la de una adolescente y que mis arrugas son un castigo por ser una vaga perezosa. Salgo a dar un paseo por la calle y las revistas de los quioscos llevan en portada a chicas que no superan los veintiuno, o cuando voy en coche las vallas publicitarias me señalan diciéndome que soy ya una mujer vieja para esta sociedad.
Por mucho que intente resistirme a estos venenosos mensajes, muchas veces pierdo la perspectiva. Escucho a mujeres inteligentes quejarse del paso de los años y de lo feas y arrugadas que se están poniendo, cuando ni siquiera han llegado a los cuarenta. Escucho criticar el cuerpo de mujeres de sesenta como si fuesen ganado.
Entonces es cuando mujeres como Lola Herrera se convierten en modelos. Una actriz que a sus ochenta años sigue subiéndose a los escenarios ha desplegar todo su talento, se aprende un texto y lo interpretan cada noche, a pesar de las dificultades físicas que eso les suponga, es todo un desafío a todos los prejuicios.
No dudo que Lola es una mujer afortunada porque mantiene la cabeza lucida y una buena condición física, pero detecto en ella una rebeldía en escapar de lo que se supone que es ser una mujer mayor, que parece reivindicar que si bien es cierto que la salud la ha acompañado ella ha puesto una gran parte por jugar bien esa carta.
Hay un momento en esta obra de teatro La velocidad del otoño en el que la protagonista dice que nunca vio envejecer a sus padres, y como no tuvo modelos ni referentes ella no sabe como se hace.
En una sociedad como la nuestra en la que los modelos que nos meten por los ojos son mujeres de menos de 25 años y todo lo que este por encima de esa edad ya empieza a mirarse con sospecha, es importante que mujeres como Lola Herrera nos muestren un camino digno a seguir. Que la edad puede ser algo diferente a las mentiras que nos venden.
Y no solo hablo del plano físico o emocional. Herrera apuesta por trabajar en proyectos que hablen de las inquietudes de las mujeres de su edad. Nada de interpretar personajes con menos años o con dudas estúpidas, ella se enfrenta cara a cara a los grandes miedos de la vejez tal y como hace en esta obra de Magüi Mira. La muerte, la salud, la relación con los hijos o el derecho a elegir como pasar los últimos momentos de su vida se tratan en esta historia.
En la obra, Alejandra está atrincherada en su casa con cócteles molotov para que sus hijos no entren a llevársela a una residencia. Su hijo pequeño Cris saltará por la ventana para hablar con ella y aquí es cuando empieza la conversación entre dos generaciones y sus respectivas inquietudes.
Que unos hijos tenga miedo por su madre y busque lo mejor para ella es natural, el problema es imponerse a una persona que tiene sus facultades y ha tomado una decisión. En uno de los momentos de la obra, la protagonista la reprocha al hijo que se ha convertido en hija y sus hijos en sus padres, que los roles se han invertido, a lo que el hijo contesta que es natural.
Cada familia tiene que lidiar como puede y sabe con sus mayores. Lo que la obra plantea es hasta donde uno puede imponer su voluntad a otro, hasta podemos decidir por otra persona lo que más le conviene y que supone obligar a alguien a hacer algo que no desea.
La directora toma partido por la protagonista, es evidente, pero lo hace de manera digna y proponiendo al espectador un punto de vista que no se trata muy a menudo.
Yo, siendo una nieta desastrosa como soy, hace unos años que desarrolle una grandísima admiración por mis abuelas, y conocer sus vidas es algo que me apasiona y enriquece. Me gusta mucho escuchar sus historia. De hecho una de las mujeres que más admiro en mi vida tiene noventa y dos años y vive sola en Paris, coge un bus todos los días para ir a comer a su centro de mayores y no perdona su sesión de cine todos los domingos.
Así que le hago un corte de mangas a toda la publicidad que me dice que me estoy haciendo vieja y que el tiempo se está instalando en mi cuerpo en forma de flacidez y abrazo a mujeres como mis abuelas o Lola Herrera que me enseñan el camino para envejecer con dignidad y belleza.
PORQUE YO LO VALGO.
Ahora quiero terminar con el Max de Honor que Lola recibió este año. Una vez más...una muestra de elegancia, belleza e inteligencia. Una vez más, un modelo.

IDEAS SUELTAS:
- Hoy tocaba hablar de Lola Herrera pero otro día tocará hablar de Magüi Mira, la directora. Mujeres dirigiendo teatro hay muy pocas. Las que lo hacen, tiene toda mi admiración y respeto.

- La idea de que el personaje de Alejandra este todo el rato en el centro del escenario y sea el hijo el que se mueva en torno a ella es maravillosa. Supone una clarísima declaración de intenciones de quien es la protagonista y el centro d la obra.

- Tengo una idea descabellada sobre toda la obra que compartí con mis acompañantes y aunque loca, no les pareció imposible. Y es que creo que el hijo esta muerto y es su recuerdo el que viene a ayudar a Alejandra para que su final sea acompañado y dando los últimos pasos de un baile.
Esta idea, aunque probablemente no sea la de la directora, hizo que la obra de teatro subiese muchos peldaños en mi escala, porque sería más onírica y romántica.

- Los gifs de niños elegidos en este post son intencionados.

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