Lo mejor de la película: La relación del abuelo y la
nieta, los personajes secundarios especialmente los de Alcachofa, Rafa y las
amigas de Alma, la inmensa fotogenia de la protagonista Ana Castillo, la ternura
que desprende todo el metraje y la resolución que le dan al olivo.
El momento de la película: Alma convenciendo a Rafa y Alca
delante de todo el bar para que cojan un camión y suban a Dusseldorf a buscar
el olivo.
La frase de la película: “Pues
menos mal que hemos traído el camión”
Alcachofa.
Me gusta
Iciar Bollain. Me gusta mucho su
cine, su forma de contarme historias, su visión de los seres humanos. De hecho
creo que su cine es básicamente humanista, siempre predomina las personas frente
a la fotografía, nada en sus películas va a entorpecer a la gente de contar su
historia y hacérsela llegar al espectador.
Y en el
2003 escribió y dirigió esa obra maestra llamada Te doy mis ojos, su mejor película
hasta la fecha, en el que se acercaba a los malos tratos con una sensibilidad y
delicadeza pocas veces vistas en el cine.
No todas
sus películas son redondas, pero si tienen una voz personal inimitable y con
mucho empaque que hace de su filmografía un milagro en el panorama actual.
El olivo tiene sus peros, bastantes
de hecho, pero es una película marca Iciar
de personas que tienen algo que contar, de luchas grandes y de victorias
pequeñas. Solo por eso, merece la pena verla.
LOS PERSONAJES_______________ Alma como centro gravitacional.
Partamos
de algo básico, la película probablemente hubiese funcionado mejor si Alma no
hubiese sido la protagonista, o si Alma como protagonista hubiese tomado otras
decisiones.
Y es que
sobre el papel Alma es una cosa pero en la cinta es otra muy distinta. Es una
joven rebelde, pero egocéntrica. Es leal a los suyos, pero las cosas tienen que
hacerse a su manera. Esta llena de vida, pero no sabe lo que siente.
Así que
la que la película pretende mostrarnos como la gran heroína de la historia,
acabará dejando paso a que los verdaderos héroes de la película sean los dos hombres que por
amor aparcan su vida y arriesgan sus trabajos y familias por acompañarla en un
viaje al que van engañados.
Alma me hubiese resultado más
atrayente para mí como espectadora si hubiese rebelado la verdad antes o durante el
viaje en el camión.
A cambio
la película nos ofrece unos secundarios maravillosos, empezando por ese Alcachofa
al que la crisis le ha quitado los camiones pero no la fuerza de seguir
adelante. El tío de Alma representa a un gran grupo de personas que hace unos
años trabajaban y ganaban un buen sueldo, que se endeudaron pensando que las
cosas seguirían así para siempre, pero que acabaron perdiéndolo todo. Alcachofa no es perfecto, es amor y generosidad en
estado puro. Y en el momento critico en el que descubre que su sobrina le ha
engañado, no duda en explicar como se siente cosa que ella, a pesar de que no para de hablar en toda la película, no es
capaz de enfrentar.
Y es que
con Alma parece que hay que ir saltando muros una y otra vez para llegar hasta
ella.
Rafa, el
amigo enamorado, al principio resulta un tanto típico, pero el viaje en camión
muestra un personaje más complejo e interesante de lo esperado y una vez que la
película terminó pensé en lo mucho que me hubiese gustado saber más de él. Y
saber más de Wiki y de Adele, las amigas del pueblo de Alma. Todos ellos
merecían más tiempo y espacio en la historia.
Pero
sobretodo y por encima de todo hubiese querido saber mucho más del padre, ese
que si lo ha perdido todo, que como bien le explica Alca a Alma en el
restaurante abandonado, tiene que dormir en la misma habitación que cuando era un
niño, el que ve como su hija adora a su abuelo pero le desprecia a él, ese que
se siente un fracasado. Porque la película habla de la familia, de la potentísima conexión entre abuelo y
nieta, pero como esta relación puede impedir a ver a la persona tal y como es.
De una crisis que se llevo por delante un bar y unos olivos, pero también a la familia.
Y en una
familia destruida, Alma es la persona alrededor de la que todos giran, la
persona a la que todos buscan.
LA HISTORIA__________________
Las contradicciones de un guión.
Paul Laverty,
el marido de Iciar Bollain, firma el guión de la película. Colaborador habitual
de Ken Loach, sus historias siempre hablan de gente de a pie que se enfrentan a situaciones excepcionales. Políticamente
muy situado a la izquierda, sus historias siempre se ponen del lado de los
desfavorecidos, de los perdedores. En
este caso habla de una joven con aires del Quijote que lucha contra una empresa
eléctrica en Alemania para que le devuelvan el olivo de su abuelo, una
eléctrica que representa a su vez los molinos del libro de Cervantes.
El olivo
no es más que un símbolo, el de la historia y las raíces de una forma de vivir
en el que el campo y la tierra son el sustento de vida, pero también el de la
familia y los antepasados.
Alma emprende
un viaje sin ningún tipo de red de seguridad, con la sola determinación de querer
traer el árbol de vuelta sea al coste que sea. Y aquí es donde el guión se
resiente, en la parte en la que Alma mantiene la mentira a Rafa y su tío sobre
donde se encuentra el olivo. Lo que en principio es algo divertido y una
anécdota para que la historia avance, a medida que los tres están en el camión
y van sincerándose como seres humanos la mentira de Alma va cogiendo tanto
protagonismo que deja al personaje y a la película en la estacada. Su
motivación y lucha pierde fuerza para
dársela a algo que debería haberse resuelto mucho antes. De hecho la mentira de
Alma enfanga la segunda parte de manera que la parte de Düsseldorf es demasiado
rápida y esquemática.
Menos
mal que se acaba resolviendo de manera lógica y sencilla, en la que no se gana
el árbol pero si el germen para plantar el futuro. Maravillosa la idea de que
sea el propio Rafa el que ponga en agua ese germen, y es que aunque la historia
de amor del camionero y Alma no tenga un cierre, es evidente que es él el que
lo ofrece a la protagonista un futuro, un nuevo árbol.
LOS ACTORES __________________ La
virtud de la justa medida.
Repasando la filmografía de Bollaín no creo que ningún actor
haya estado nunca mal en ninguna de sus películas, algunos habrán estado más
justos, otros más acertados y algunos inmensos como Luis Tosar en Te doy mis ojos o Pepe Sancho en Flores de otro mundo.
Aquí es
Javier Gutiérrez el que se lleva el gato al agua, el actor ofrece toda la
ternura y la dignidad a ese hombre derrotado por la crisis que da todo un
recital de generosidad al llegar hasta el final de un quijotada orquestada por
su sobrina y perdonando cuando valora que las motivaciones son más importantes
que el gesto.
Buen
descubrimiento también el de Pep Ambrós como el amigo enamorado, al que todo se
le adivina en la mirada y que tiene uno de los momentos más bonitos de la película al hablar de cómo tuvo
que remontar una lesión y decidió cambiar su vida para no estar el resto de su
vida flagelándose por lo perdido, toda una lección para la protagonista.
El
abuelo, un actor no profesional llamado Manuel Cucala es el corazón de la
historia. Al que se le adivina una vida de agricultor, dedicado a sus olivos y
poco a sus hijos, al que la vejez le da una nueva oportunidad con su nieta con
la que establece un vínculo inquebrantable. Una relación como la que tiene con la tierra.
El resto
del reparto esta ajustado, ninguno desentona, de hecho Miguel Ángel Aladren
hace maravillas con los pocos minutos que le ofrecen como ese padre desesperado
y amargado al que la viaje de su hija cambiará para siempre.
Con Anna
Castillo me ocurre como Michelle Jenner, son preciosas con una fotogenia potentísima
y a las que espero el tiempo les de algo que no tienen actualmente, una mejor
voz y mayor profundidad. La frescura que tienen actualmente me temo que no es
suficiente.
EL RESULTADO ___________________ La victoria del germen.
Lo bueno
de la vuelta en ese camión enorme con un solo brote del olivo original y no con
todo el árbol, es que al final es un reflejo de lo que para mí es la verdadera
victoria. Cuando Alma decide ir con el camión a por todo el árbol es como sacar toda la artillería pesada para
ir a la guerra, es todo un acto rebeldía pero es matar moscas a cañonazos. El verdadero descubrimiento de la protagonista será aprender que quizás lo importante es
tener otra oportunidad, un nuevo comienzo para replantar el germen y aunque sea
un acto pequeño es un gran acierto.
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