lunes, 23 de mayo de 2016

Cine: El olivo (de Iciar Bollain) ______________ Luchas grandes que llevan a pequeñas victorias.


Lo mejor de la película: La relación del abuelo y la nieta, los personajes secundarios especialmente los de Alcachofa, Rafa y las amigas de Alma, la inmensa fotogenia de la protagonista Ana Castillo, la ternura que desprende todo el metraje y la resolución que le dan al olivo.

El momento de la película: Alma convenciendo a Rafa y Alca delante de todo el bar para que cojan un camión y suban a Dusseldorf a buscar el olivo. 

La frase de la película: “Pues menos mal que hemos  traído el camión” Alcachofa. 

Me gusta Iciar Bollain. Me gusta mucho su cine, su forma de contarme historias, su visión de los seres humanos. De hecho creo que su cine es básicamente humanista, siempre predomina las personas frente a la fotografía, nada en sus películas va a entorpecer a la gente de contar su historia y hacérsela llegar al espectador.
Y en el 2003 escribió y dirigió esa obra maestra llamada Te doy mis ojos,  su mejor película hasta la fecha, en el que se acercaba a los malos tratos con una sensibilidad y delicadeza pocas veces vistas en el cine.
No todas sus películas son redondas, pero si tienen una voz personal inimitable y con mucho empaque que hace de su filmografía un milagro en el panorama actual.
El olivo tiene sus peros, bastantes de  hecho, pero es una película marca Iciar de personas que tienen algo que contar, de luchas grandes y de victorias pequeñas. Solo por eso, merece la pena verla. 

LOS PERSONAJES_______________  Alma como centro gravitacional.
Partamos de algo básico, la película probablemente hubiese funcionado mejor si Alma no hubiese sido la protagonista, o si Alma como protagonista hubiese tomado otras decisiones.
Y es que sobre el papel Alma es una cosa pero en la cinta es otra muy distinta. Es una joven rebelde, pero egocéntrica. Es leal a los suyos, pero las cosas tienen que hacerse a su manera. Esta llena de vida, pero no sabe lo que siente.
Así que la que la película pretende mostrarnos como la gran heroína de la historia, acabará dejando paso a que los verdaderos héroes  de la película sean los dos hombres que por amor aparcan su vida y arriesgan sus trabajos y familias por acompañarla en un viaje al que van engañados.
Alma me hubiese resultado más atrayente para mí como espectadora si hubiese rebelado la verdad antes o durante el viaje en el camión.
A cambio la película nos ofrece unos secundarios maravillosos, empezando por ese Alcachofa al que la crisis le ha quitado los camiones pero no la fuerza de seguir adelante. El tío de Alma representa a un gran grupo de personas que hace unos años trabajaban y ganaban un buen sueldo, que se endeudaron pensando que las cosas seguirían así para siempre, pero que acabaron perdiéndolo todo. Alcachofa  no es perfecto, es amor y generosidad en estado puro. Y en el momento critico en el que descubre que su sobrina le ha engañado, no duda en explicar como se siente cosa que ella, a pesar de que  no para de hablar en toda la película, no es capaz de enfrentar.
Y es que con Alma parece que hay que ir saltando muros una y otra vez para llegar hasta ella.
Rafa, el amigo enamorado, al principio resulta un tanto típico, pero el viaje en camión muestra un personaje más complejo e interesante de lo esperado y una vez que la película terminó pensé en lo mucho que me hubiese gustado saber más de él. Y saber más de Wiki y de Adele, las amigas del pueblo de Alma. Todos ellos merecían más tiempo y espacio en la historia.
Pero sobretodo y por encima de todo hubiese querido saber mucho más del padre, ese que si lo ha perdido todo, que como bien le explica Alca a Alma en el restaurante abandonado, tiene que dormir en la misma habitación que cuando era un niño, el que ve como su hija adora a su abuelo pero le desprecia a él, ese que se siente un fracasado. Porque la película habla de la familia, de la potentísima conexión entre abuelo y nieta, pero como esta relación puede impedir a ver a la persona tal y como es. De una crisis que se llevo por delante  un bar y unos olivos, pero también a la familia.
Y en una familia destruida, Alma es la persona alrededor de la que todos giran, la persona a la que todos buscan.

LA HISTORIA__________________ Las contradicciones de un guión.
Paul Laverty, el marido de Iciar Bollain, firma el guión de la película. Colaborador habitual de Ken Loach, sus historias siempre hablan de gente de a pie que se enfrentan a situaciones excepcionales. Políticamente muy situado a la izquierda, sus historias siempre se ponen del lado de los desfavorecidos, de los perdedores. En este caso habla de una joven con aires del Quijote que lucha contra una empresa eléctrica en Alemania para que le devuelvan el olivo de su abuelo, una eléctrica que representa a su vez los molinos del libro de Cervantes.
El olivo no es más que un símbolo, el de la historia y las raíces de una forma de vivir en el que el campo y la tierra son el sustento de vida, pero también el de la familia y los antepasados. 
Alma emprende un viaje sin ningún tipo de red de seguridad, con la sola determinación de querer traer el árbol de vuelta sea al coste que sea. Y aquí es donde el guión se resiente, en la parte en la que Alma mantiene la mentira a Rafa y su tío sobre donde se encuentra el olivo. Lo que en principio es algo divertido y una anécdota para que la historia avance, a medida que los tres están en el camión y van sincerándose como seres humanos la mentira de Alma va cogiendo tanto protagonismo que deja al personaje y a la película en la estacada. Su motivación y  lucha pierde fuerza para dársela a algo que debería haberse resuelto mucho antes. De hecho la mentira de Alma enfanga la segunda parte de manera que la parte de Düsseldorf es demasiado rápida y esquemática.  
Menos mal que se acaba resolviendo de manera lógica y sencilla, en la que no se gana el árbol pero si el germen para plantar el futuro. Maravillosa la idea de que sea el propio Rafa el que ponga en agua ese germen, y es que aunque la historia de amor del camionero y Alma no tenga un cierre, es evidente que es él el que lo ofrece a la protagonista un futuro, un nuevo árbol.

LOS ACTORES  __________________  La  virtud de la justa medida.
Repasando  la filmografía de Bollaín no creo que ningún actor haya estado nunca mal en ninguna de sus películas, algunos habrán estado más justos, otros más acertados y algunos inmensos como Luis Tosar en Te doy mis ojos o Pepe Sancho en Flores de otro mundo.
Aquí es Javier Gutiérrez el que se lleva el gato al agua, el actor ofrece toda la ternura y la dignidad a ese hombre derrotado por la crisis que da todo un recital de generosidad al llegar hasta el final de un quijotada orquestada por su sobrina y perdonando cuando valora que las motivaciones son más importantes que el gesto.
Buen descubrimiento también el de Pep Ambrós como el amigo enamorado, al que todo se le adivina en la mirada y que tiene uno de los momentos  más bonitos de la película al hablar de cómo tuvo que remontar una lesión y decidió cambiar su vida para no estar el resto de su vida flagelándose por lo perdido, toda una lección para la protagonista.
El abuelo, un actor no profesional llamado Manuel Cucala es el corazón de la historia. Al que se le adivina una vida de agricultor, dedicado a sus olivos y poco a sus hijos, al que la vejez le da una nueva oportunidad con su nieta con la que establece un vínculo inquebrantable. Una relación como la que tiene con  la tierra.
El resto del reparto esta ajustado, ninguno desentona, de hecho Miguel Ángel Aladren hace maravillas con los pocos minutos que le ofrecen como ese padre desesperado y amargado al que la viaje de su hija cambiará para siempre.
Con Anna Castillo me ocurre como Michelle Jenner, son preciosas con una fotogenia potentísima y a las que espero el tiempo les de algo que no tienen actualmente, una mejor voz y mayor profundidad. La frescura que tienen actualmente me temo que no es suficiente.
 
EL RESULTADO  ___________________    La victoria del germen.
Lo bueno de la vuelta en ese camión enorme con un solo brote del olivo original y no con todo el árbol, es que al final es un reflejo de lo que para mí es la verdadera victoria. Cuando Alma decide ir con el camión a por todo el árbol  es como sacar toda la artillería pesada para ir a la guerra, es todo un acto rebeldía pero es matar moscas a cañonazos. El verdadero descubrimiento de la protagonista será aprender que quizás lo importante es tener otra oportunidad, un nuevo comienzo para replantar el germen y aunque sea un acto pequeño es un gran acierto.


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