sábado, 23 de enero de 2016

Cine: La gran apuesta ( de Adam McKay) ________________El olor de la avaricia, el color de la corrupción.

Lo mejor de la película: Trata de explicar al espectador la verdadera cara del capitalismo y mostrar lo que ocurrió hace apenas unos años en el sistema económico estadounidense y por extensión en el mundial.

El momento de la película: El equipo de Steve Carell llega a Miami a ver cuanto hay de verdad y se encuentran de bruces con la realidad hipotecaria. Casas vacías y bancos que dan hipotecas a perros.

La frase de la película: - ¿ Por qué confiesan? - No confiesan, alardean.

Hay veces que al ir al cine, ciertas películas son difíciles de seguir por tratar temas con términos con los que no estamos familiarizados. La gran apuesta habla de la crisis económica del 2008 que sacudió a EEUU y sacó a la luz un sistema que vendía " mierda" a precio de oro. Durante toda el film trato de entender los términos, seguir la historia y comprender aquello que destruyó la vida de tanta gente.
Agradezco que el director no me trate como una estúpida y aunque hay veces que parece estar dándome un curso acelerado de términos económicos, durante toda la historia no duda en ser fiel al universo de la inversión aunque ciertos espectadores se pierdan por el camino.
Acuñando un tono de comedia en sus tres cuartas partes para girar hacia el estupor y el drama en su tramo final, el film de McKay no puede más que dejarnos una sensación de incredulidad ante tanta codicia, corrupción y avaricia.
Una vez finalizada la película lo que queda claro es que ni los propios inversores o asesores entienden bien de que va la cosa y que la economía mundial es como un casino en el que se apuesta con las casas, el trabajo y la vida de la gente.
Sin parar de bombardearnos con términos como CEO, bonos, preferentes o paquetes en las dos horas que dura la cinta, lo importante aquí es el trasfondo de la historia, la de contar que ocurrió y como al no aprender de ello volverá a ocurrir. Porque lo que estalló en 2008 fue una crisis que venía gestándose de años atrás y que nadie, ni la banca, ni el gobierno ni los ciudadanos de a pie quisieron ver.
Rodada a medio camino como un falso documental y una sátira, con personajes que en un momento dado miran a cámara y hacen aclaraciones, la película va con un ritmo trepidante que salpica con imágenes reales como la guerra de Irak, paparazzi, famosos o personas en extrema pobreza para recordar al espectador que eso fue real y como de alguna manera todos quisimos hacer caso omiso.
Sin que ningún actor destaque especialmente en su interpretación, la película se apoya fundamentalmente en un guión potente y unos diálogos llenos de chispa para que lo importante y fundamental sea el mensaje. ESTO PUEDE Y VA A VOLVER A OCURRIR.
Y es irónico que lo de menos sea el dinero, porque es cierto que no paran de hablar de él en todo el metraje, pero tratando de cantidades como las que tratan, cualquiera podría retirarse y vivir una vida llena de lujos sin despeinarse, pero nunca es suficiente. Sino... ¿ de qué los dos jóvenes inversores querrían más a pesar de llegar a Nueva York con 30 millones?  Por poder y avaricia, por ganar.
Por mostrarse ante los demás como un ganador a pesar de que el mundo se este desmoronando ( tremenda la escena en la que el banquero de Deutsche Bank, en plena ponencia, sigue diciendo que hay que comprar a pesar de que todos sus oyentes están recibiendo mensajes de que las acciones se hunden).
El lobo de Wall Street me pareció más redonda y agria, más honesta en su propuesta, mientras que esta me resulta más moralista, pero reconozco la importancia y la grandeza de hablar de un tema que necesita salir a luz y que nos demuestra lo complicado que es el sistema económico mundial en el que todos estamos metidos.
Por cierto, al final de la película hace un repaso de la situación actual de cada uno de los personajes. A parte de contarnos que solo un inversor fue a la cárcel ( por tratar de quedarse con más que los demás, que no por hacer algo que los demás no hiciesen) y que el personaje de Steve Carell es el más incoherente de todos los que salen en la película ( esas dudas de si vender o no en su ático con terraza en pleno Central Park), nos dice que Ben Rickert ( Brad Pitt) está actualmente invirtiendo en agua. Así que a invertir en agua, que es donde está el dinero del futuro. Lastima que sea un producto de primera necesidad.

Frases brillantes:
- Eso no me quita la razón - Pero le convierte en un hipócrita.
- ¿ A qué huele? A dinero, me gusta ganar dinero.
- ¿ Qué eres, banquero o traficante de drogas? Porque si eres banquero que te jodan.
- Dime la diferencia entre fraude y estupidez.
- Es tan trasparente en su egoísmo que hasta lo respeto.


2 comentarios:

  1. Tratan darnos una Clase Magistral de "Economía" por medio de situaciones tan "cotidianas" como un chef elaborando una receta de autor y unas apuestas de juego explicadas por Selena. Y qué hemos aprendido? Que no hemos aprendido nada...

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    1. Si, es un gancho muy efectivo tratar de explicar que son los paquetes de inversión y de que están compuestos con el chef y el pescado de hace tres días. Muy interesante!

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