Ha sido un año potente, han pasado muchas cosas, buenas,
malas, regulares, semiregulares y
olvidables.
Pero sobre todo ha sido un año en el que he cogido un camino
que ya no tiene vuelta atrás, y estoy encantada con ello.La manera que se me ocurre de decir adiós a este año es haciendo un repaso por las historia más importantes que he podido vivir en una sala de cine, en una pantalla de televisión y en un teatro. No es una lista de lo mejor o lo peor del año, es una lista de las historias que más me han llegado estos 365 días y noches.
Pocos años como este 2015 en el que el teatro ha adquirido
toda su dimensión en mi vida, en el que he podido abrazar con todas mis ganas
la pasión que aporta a mi mundo. Un año en el que he podido disfrutar de todo
tipo de historias, amar unas y odiar otras, pero sobre todo en el que el teatro
ha dejado de ser algo periférico en mi vida para entrar a ser algo esencial.
Han sido muchas noches teatrales pero aquí van las siete que
han marcado mi 2015:
1) Le souper de
Daniel Benoin __________ Mi sueño
cumplido.
París. Semana Santa y yo entrando en el teatro de la
Madeleine para ver a mi actor favorito en escena. En ese momento entendí
perfectamente a las fans de Justin Bieber, me sentía igual que ellas. Solo que
como soy adulta me contuve y lo que pude hacer fue sentarme en primera fila y
disfrutar de ese milagro llamado Niels Arestrup en una obra que hablaba del
dialogo entre dos hombres que deben entenderse para gobernar un país.
Teatro sólido, bien hecho, bien escrito y maravillosamente
interpretado… y yo cumplí uno de los sueños de mi vida, ver sobre las tablas a el mas grande de los grandes.
2) Las heridas del
viendo de Juan Carlos Rubio ______ Una
actriz bordando un personaje masculino.
En abril, en un pequeño teatro de Vitoria, Kiti Mánver paso
a ser La Mánver, en mayúsculas, subiendo al olimpo de las diosas por su
portentosa interpretación de Juan, un personaje masculino en la vejez, en un
texto sobre el paso del tiempo, el desamor y la soledad.
El teatro puede ser extraordinario cuando todo funciona.
Guión, dirección e interpretación, Las heridas
del viento lo tuvo todo y pasó a ser mi obra más importante del 2015.3) Lluvia Constante de David Serrano _________ El golpe en el estomago de lo excepcional.
Aquí hago un poco de trampa, porque yo ya había disfrutado
de esta obra en el 2014. Pero es que este año repetí en el teatro Principal de
Vitoria, y siempre es bueno tener una excusa para hablar de ella.
Lluvia Constante
es una de las razones por las que amo tanto el teatro, no hay otra forma de
describirlo. Hay algo en la lealtad entre los dos personajes, en las decisiones
que cada uno de ellos toma, en como se desarrolla y en como desemboca la
historia que me emociona profundamente. El trabajo de Sergio Peris Mencheta y
Roberto Álamo el vehículo perfecto para llegarme al corazón.Da igual los años que pasen, recordaré esta obra siempre y podría seguir hablando y escribiendo sobre ella durante horas.
4) Medea de Andres
Lima ___________ Cuando estas obligado a
tomar partido.
Cada vez me gustan más los clásicos, cada vez tengo más necesidad
de recurrir a ellos. Y cada vez admiro más a quien los interpreta desde la
libertad y les busca los límites. Aunque tampoco necesito mucho para admirar
más a Andrés Lima, eso ya me viene desde hace años. Lo que no me esperaba era
el extraordinario trabajo de Aitana Sánchez
Gijón, y el agujero en el estomago que me dejo esta obra porque entendí el
horror que impulsa a Medea a hacer lo que hace.
Teatro del grande por un grande.
Teatro del grande por un grande.
5) La Tragédie de
Hamlet de Dan Jemmett _______ Aire fresco para Shakespeare.
La comedie francaise va a empezar a convertirse en un
segundo teatro de referencia para mí. En solo un año ya me he dejado caer tres
veces por sus butacas y en las tres ocasiones he tenido la sensación de salir
habiendo aprendido algo. En Junio de este año tuve la ocasión de disfrutar de
una versión absolutamente libre y original de mi obra de teatro favorita,
Hamlet. Pop y Kitsch no son a priori adjetivos que puedan aplicarse a la obra
de Shakespeare, pero cuando el director decide meter música, vestuario y
decoración de los años setenta no se me ocurre otra manera de definirlo.
El riesgo de hacer algo así era enorme, podría haber sido la
peor versión jamás vista de Hamlet, en cambio consigue ser como una ráfaga de
aire y un punto de vista más ligero de un drama apabullante.A veces con el riesgo se gana y otras se pierde, en este caso fue lo primero.
6) Cafe Chihuahua de Felipe
Loza _____________ La originalidad para
sobreponerse a la falta de medios.
Otro riesgo que da en la diana. La historia de los muertos
que deciden convertirse en el avatar de personajes famosos, podría haber sido
una obra sin sentido y demasiado centrada en impresionar al público, que por suerte
se enfocó sobre todo de divertirse con la gente que paga la entrada.
Exitazo de taquilla en Bilbao, no había duda que la gira por
territorio vasco sería bien acogida. Verla fue divertidísimo y me pareció un hermoso homenaje a la música, al la risa y sobre todo a la vida.
Pabellón 6 se convierte en uno de los puntos de referencia del teatro vasco y Café Chihuahua en su actual bandera.
7) Hullu de Dominigue Habouzit
________________ La belleza de la imaginación
y el infierno de la enfermedad.
La magia del teatro es que una buena obra puede hacerse sin
palabras, Hullu es el mejor ejemplo.
Mezcla de títeres, mímica y teatro mudo, la obra es una ventana a la mente de
una persona con autismo. El juego de las cajas, las marionetas sin boca que
construyen un muro infracreable y el dolor de no poder alcanzar la cuerda que consiga
devolver la realidad al día a día está perfectamente hilvanado en una obra mezcla
la belleza con un trasfondo terrorífico como pocas veces he podido ver en el
teatro.
El 2016 promete ser todavía mejor que este año, más obras,
más directores y más historia por descubrir están esperando a la vuelta de la
esquina.
De hecho me quedado con un par de retos pendientes que
pienso cumplir a lo largo de este año que empieza.Uno es conocer el teatro Odeon de París, que se me está resistiendo, pero que de este año no pasa.
Segundo es conocer y ver más obras de autores americanos, llevo muy centrada en teatro europeo y sus autores, ha llegado el momento de conocer a los clásicos estadounidenses.
Como bien cantaba Asier Etxeandía... lo tuyo es puro teatro y el 2016 todavía más.
Feliz año de teatro y cine 2016
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