¿ Que me ha aportado el experimento de Teatro de Ciudad?

 

La experiencia de Teatro de Ciudad ha sido tremendamente reveladora para mí, siguiendo el consejo de mi gurú Marcos Ordoñez decidí ver las tres obras y efectivamente es una experimento que no olivaré fácilmente.

Tres obras como Antígona, Medea y Edipo Rey llevadas a escena en pleno S.XXI.

Las tres obras son dramas intensos, de muchísima carga emocional, pero en los tres casos los directores no caen en la agonía. Buscan el drama, el propio texto lo plantea, pero lo resuelven siempre desde la mayor sencillez posible, siempre evitando los grandes alardes, apostando siempre por el final en seco que deje al espectador con el verdadero mensaje.

Medea ha sido mi favorita, de hecho, hacia tiempo que una obra no me gustaba tanto, pero creo que resulta más completa tal y como han decidido programarla, siempre acompañada por Edipo Rey primero y Antígona después.

De esta manera la idea de como se establece el poder, de lo que supone tenerlo o manejarlo, queda reflejado en tres obras que no tienen ningún remilgo en mostrar todas las caras de sus protagonistas. 

Las motivaciones de Teatro de ciudad quedan así más claras. Textos antiguos traídos a la actualidad, análisis desde el pasado de lo que está ocurriendo hoy en día en nuestra sociedad.

Y una segunda lectura que se encarga de hablar de esas emociones humanas más oscuras, esas que ocultamos día a día bajo un traje de cordialidad y amabilidad. La ira, el dolor, el rencor… todo lo que el ser humano tapa constantemente son el arco central de las tres historias.

Y ahí radica la fascinación de la propuesta. No es amable con lo que cuenta, es un cañón apuntando al espectador para que se implique, reconozca lo que ve y al salir del teatro analice lo que ha visto.

Que busque y traspase sus límites.

Eso es lo que me fascina del teatro, la posibilidad que ofrece de romper lo establecido, de hecho creo que el mejor teatro es el rompedor. El que no se acomoda, el que no solo hace una propuesta estética innovadora, sino el que busca textos, personajes y situaciones diferentes a lo que vemos cada día.

El teatro puede ser un lugar maravilloso de experimentación, de búsqueda, de apuesta no siempre a ganar, porque tiene muy pocos limites y si muchos caminos.

Unos días después de ver el trabajo de Teatro de ciudad apenas quedaba poso del análisis intelectual que había hecho el domingo tras ver las tres obras, perduraban las emociones, el impacto de lo visto, las sensaciones, los sentidos.

Muchas veces en el cine necesito procesar la historia, volver a verla, recuperarla tiempo después.

No ocurre eso en el teatro. Su inmediatez, su búsqueda de emociones sin pasar por el cerebro,  su autenticidad y su verdad. No lo puedes grabar, ni volver a ver veinte veces. Ocurre una sola y mágica vez, y lo que te llevas al salir por la puerta es lo que te queda. LA SENSACIÓN, buena o mala. Solo emoción.

Puedo poner en este blog, mil videos de obras que me han gustado o fascinado, videos de escenas maravillosas, y nunca, ninguno de esos videos, llegará a capturar lo vivido en directo.
Hay cosas que solo pasan una vez, no se puede capturar… y es maravilloso que sea así.

 

Teatro de ciudad ha sido todo esto junto. Emoción en estado puro, disfrute del teatro más autentico, y la dirección de tres señores en estado de gracia.

No sabemos todavía si se hará una segunda parte de esta experiencia. Espero que perdure en el tiempo la búsqueda de nuevos textos y nuevos límites para traspasarlos.

Bienvenidos sean todas las búsquedas, todos los experimentos, todas las emociones... si son como esta.