viernes, 15 de mayo de 2015

Teatro: Lluvia Constante ( de David Serrano) ______ Cuando el teatro se convierte en algo personal.


 
Lo mejer de la obra: El texto, la historia, la dirección, la lluvia, los diálogos, la fuerza y ROBERTO y SERGIO. O  SERGIO y ROBERTO, tanto monta, monta tanto.

El momento de la obra: La despedida final entre ellos. Dani apuntado a Rolo con una pistola, Rolo agarra la chaqueta de Dani y el segundo empieza a llorar. (Y yo empiezo a llorar).

La frase de la obra: El “Levanta!” de Dani a Rolo en la pelea bajo la lluvia. Y el grito del segundo. Es el punto de inflexión entre ellos.

Empecemos la casa por el tejado, hablando del final de la noche. De cómo al salir de la obra no podíamos parar de comentar, de discutir, de hablar.... Y tanto nos quedamos dándole al palique que al final nos encontramos con Roberto Álamo y Sergio Peris Mencheta. Y hablemos de mi amiga, en círculos teatrales llamada superAna, por esa capacidad de acercarse a estos dos actores y de la manera más natural agradecerles su trabajo, a lo que Roberto no pudo más que responder dándole un abrazo.
Viendo desde lejos el abrazo, parecía surrealista. Y divertido, y natural, y espontaneo. Todo a la vez.

Yo que para esto de acercarme soy más tímida, tuvieron que empujarme un poco bastante para que me acercarse. Dos besos a cada uno, decirles que me gusta mucho el trabajo que han hecho en esta obra, una risa tonta.... no, no, muy tonta,  fue lo máximo que pude decir y hacer. Así como muy racional todo.Eso sí, cuando nos alejamos para ir a casa casi me tuvieron que arrastrar para poder seguir andando. Entre en modo...

Y es que Lluvia Constante me parece una obra tan potente, tan bien armada y con tanto que contar, que sumarles el trabajo de dos actores tan extraordinarios la lleva directamente a lo mejor del año.
El juego de espejos que propone, dos hombres, dos amigos frente a frente, supone el estudio de lo que es la lealtad, la amistad y el querer a otra persona desde la infancia.
Todo lo que eso conlleva y lo que supone, en lo bueno y en lo malo. Y en como las decisiones de los que más queremos, sin duda determinan nuestra vida.
Un juego de espejos que supondrá el viaje de uno de ellos de la oscuridad hacia la luz, y del otro de la comodidad hacia el abismo.
De cómo cada uno entiende la justicia, la manera de llevarla a cabo y de lo que sacrificarían por los suyos.
El punto final, tras sus respectivos viajes, les lleva a las misma conclusiones. Y finalmente a la gente a la que aman.

Tres nombres hacen posible esta obra, dos actores y un director.
 
Roberto Álamo o el animal escénico:

No creo que actualmente haya en el teatro un actor con  el carisma, la presencia, el magnetismo, la fuerza y el talento que tiene Roberto Álamo. Es un animal de la escena absoluto, con algo indescifrable en sus trabajos.
Su capacidad para transitar por las diferentes emociones del ser humano, es simplemente pasmosa. Puede saltar de un registro a otro como quien salta un charco. Es un superdotado. Nada parece resistirse encima de un escenario.
Como buen animal escénico que es también tiene la capacidad de absorber al espectador de una manera que olvide que hay otros actores en escena. Necesita rodearse de grandes y fuertes compañeros para hacerse más grande él y no empequeñecerles. De otra manera puede eclipsar a cualquiera.
Recuerdo especialmente dos trabajos anteriores suyos: De ratones y hombres donde hacía tierno y maravilloso su personaje minusválido y Urtain. Dios mío Urtain. Fue como ver la Capilla Sextina. Una obra de arte en teatro.
 


En Lluvia Constante interpreta a Dani, un policía que cree tenerlo todo y pretende controlarlo todo.  Ese todo, proteger lo que él considera suyo, acabará llevándole al abismo. A la autodestrucción. De firmes convicciones que no duda en gritar a los cuatro vientos,  su moral es francamente discutible. Anquilosado en ese tipo de pensamiento de yo contra el mundo, su camino desde el confort con el que vive al principio de la obra hasta su trágico final tiene que ver con sus decisiones y acciones. Y estas marcarán la vida de los que le rodean para siempre.

Un personaje de este tipo podría causar un rechazo inmediato en el espectador, pero lo extraordinario de quien lo interpreta es que lo convierte en alguien cercano, entrañable, a quien tenemos miedo, pero no podemos evitar mirar de lo atrayente que es.

Roberto parece disfrutar con el personaje de Dani mucho, parece saber que tiene ante él un material maravilloso y decide aprovecharlo al máximo. Y despliega ante nosotros toda esa magia maravillosa de la que es capaz. No se guarda nada.

A la salida muchos comentaban la sorpresa que era verle trabajar, lo increíble de su interpretación  en Lluvia Constante. Pues si, es cierto. Es maravilloso lo que hace Roberto con Dani, y recordaremos a este policía durante mucho tiempo.

Sergio Peris Mencheta o el talento aprendido:

Hagamos memoria y seamos honestos, hace 20 años se estrenaba una serie llamada  Al salir de clase” con mucho niño y niña mona pero no muy talentosos. Entre ellos destacaba el gran Víctor Clavijo, el resto no parecían destinados a pasar a la posteridad. Sergio formaba parte de ese grupo y que levante la mano quien daba un duro por él en aquella época. Porque yo no.
 
Y que sorpresas te da la vida, me alegro tanto, pero  tanto de haberme equivocado… Sergio es sin duda mi gran error de cálculo sobre el talento. Y no puedo estar más contenta de haberme equivocado.
Durante años estuvo como invisible, haciendo películas bastante olvidables por estos lares y por tierras francesas, y poca presencia teatral. Hasta que hace un par de años se descolgó como director teatral. Y fue como asistir a una reencarnación.
La sorpresa que supuso era todavía mayor por venir de él, de aquel chico guapo pero sin ningún tipo de interés de aquella serie adolescente.
Su talento para dirigir supera cualquier expectativa o rezo a la virgen de Lourdes. Todavía no me puedo creer la grandísima capacidad que tiene para contar historias teatrales. Desde “La tempestad” hasta “La continuidad de los parques” sus obras son arriesgadas, vivas, llenas de imaginación, verdad y ritmo. Ver uno de sus trabajos como director es ver teatro en estado puro, del bueno, del necesario. Y no puedo estar más emocionada por todo lo que le queda por hacer. El futuro en este campo, es de él.
Y como no hay una sin dos, a medida que se convertía en el gran director que ya es, iba haciéndose mejor actor. Más contenido, profundo, carismático y emocional


En Lluvia Constante encarna a Rolo, un personaje  totalmente perdido y sin nada que le ate a la vida y surcamos con él toda la maraña emocional en la que se ve envuelto por lealtad y amor al que ha sido su amigo desde la infancia.
Sergio hace algo extraordinario en esta obra, algo que muy pocos son capaces de a hacer ya que hay que ser muy hábil e inteligente para hacerlo.
Y es ser generoso. Muy generoso con su compañero de trabajo.
E inteligente para saber que cuando tienes a Roberto Álama al lado, que con su fueza y energía puede comerse a cualquier compañero vivo, tienes que tomar un camino diferente al de la confrontación.
Y el camino elegido por Peris Mencheta ha dado en  la diana. Sí, deja brillar a Roberto con toda su fuerza, se aparta cuando este hace toda la magia de la que es capaz, y él opta por llevar a su personaje por el camino paralelo. Sergio también es un actor de fuerza, de carisma, de presencia. Son dos actores que vibran en la interpretación de manera muy pareja. En esta obra  llevar el mismo camino que Álamo hubiese sido ir a un combate de boxeo con una mano atada.
Por eso la grandeza en decidir ir de la mano, en dejar que su compañero pase primero y luego él, sabiendo que quizás el público se enamore primero de él y le recuerde mejor. Porque sabe que él tiene el personaje que va desde la oscuridad hasta la luz. Que al final la gente no va a poder pasar de él.
Rolo es el personaje al que acabas queriendo, al igual que la mujer de su amigo, no puedes evitar enamorarte de ese ser perdido pero tremendamente noble, que tendrá que acabar traicionando a la persona que más quiere para encontrar su sitio.
Porque Rolo acaba entendiendo que a veces para seguir adelante hay que dejar a gente atrás, gente a la que quieres profundamente pero que ya no son buenas en tu vida.
Dani tendrá que morir para que Rolo pueda vivir.

David Serrano o la incógnita del futuro:

 

David Serrano es un directo que todavía no encajo. He podido ver tres de sus obras y las tres me han gustado, mucho. Así que supongo que tengo que decir que me gusta, que conecto con él, con sus historias. Y me doy cuenta aquí de nuevo que este último punto es el que me da pegas.
Las tres obras de teatro que he podido ver han sido historias muy conocidas, desde el músical Hoy no me puedo levantar, pasando por La Venus de las pieles hasta esta Lluvia constante, siempre ha tirado de material conocido, sólido y emocionante, para contar sus historias.
Creo que siempre han sido buenas elecciones. Pero un problema a la hora de saber si todo lo que cuenta es algo personal, marca de la casa, es decir de su forma de ver el mundo, o simplemente que tiene muy buen ojo para elegir los guiones y ellos son los que hacen el trabajo que marca la diferencia.
El tiempo nos dirá si David Serrano es un director con un mundo propio por contar o en cambio es alguien con muy buen ojo para elegir.

Hasta aquí Lluvia constante. Me queda el placer de haberla visto varias veces, de haberla disfrutado y vivido con intensidad.
Me queda le pena de saber que no volveré a ver llover, y si lo hace no será de la misma manera.

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