jueves, 9 de febrero de 2017

Incendio en el Teatro Arriaga

El domingo 22 de Enero de 2017 el escritor Javier Marias publicó en su columna semanal del periódico El País un artículo titulado Ese idiota de Shakespeare, que causó un enorme revuelo en el mundo del teatro por el tono despectivo que utilizaba para hablar del mundo de las tablas.


No voy a poner aquí el enlace de ese articulo, cualquiera lo puede encontrar navegando por los pozos de internet, pero si voy a escribir porque me he sentido agradecida tras haberlo leído.
Su articulo es una opinión personal, subjetiva y muy rancia sobre el mundo del teatro. Él mismo reconoce en las primeras líneas de su texto que hace años que no va a ver ninguna obra y sin embargo se permite escribir un articulo completo dilapidando a todo un arte porque se ha vuelto demasiado adaptador de tontunas contemporáneas.
Pero superemos ese punto de vista tan contradictorio de hablar de algo que hace años que no se ve y mejor comentemos más a fondo las perlas que nos regala.
Entiendo que odie que le saquen de su butaca al escenario por obligación en un espectáculo si él no está interesado en participar, también tengo que decir que yo llevo años yendo a todo tipo de obras y NUNCA, digo bien, NUNCA me han sacado. Será que como él es un escritor famoso, es más reconocible y un gran imán para que los actores vayan a por él.
La suerte de Marías ahora que ha escrito este artículo es que puede ir tranquilamente a cualquier teatro, que nadie va a querer sacarle, ha encontrado la fórmula perfecta para que le ignoren.
Otro de los puntos a destacar ( y mira que es un texto pequeño, pero tiene mucha miga) es la comparación que hace entre simbólico e inverosímil. "Se permite lo simbólico y lo inverosímil en mucho mayor grado" dice textualmente Marías en su artículo de opinión, como si cualquiera de las dos cosas o las dos cosas relacionadas, fueran malas. 
Una de las muchísimas grandezas que tiene el universo teatral es el uso del recurso de lo simbólico, más aprovechable y lucido que por ejemplo en el cine. El poder imaginar elementos, lugares, personas, utilizar cualquiera de estos para representar a otros....todo eso forma parte de la magia de este arte.
Esa opinión tan arcaica de que el teatro deber ser clásico hasta en el vestuario, pareciéndole por ejemplo un sacrilegio vestir a los actores de Hamlet como zares, demuestra que no ha sabido entender lo innovadores y transgesores que fueron en su época Moliere, Calderón, Lope de Vega o el mismisimo Shakespeare. Precisamente autores que han trascendido por su inmensa capacidad para entender la naturaleza humana y su universalidad a lo largo de los siglos porque eran unos visionarios no atados a su época ni al lengua que entonces prevalecía.
Voy a pasar por alto su critica a la petición por parte de las mujeres de más y mejores personajes femeninos, porque hace años que dejó de preocuparme el machismo que huele a alcanfor tanto de Marías como de Arturo Perez Reverte, yo se quien soy y donde estoy.
Lo que me parece un acartonamiento por su parte es la idea de que una mujer no pueda interpretar personajes masculinos, en sus líneas incluso se muestra ofendido, como aquellos señores del pleistoceno que se escandalizaban por ver a dos hombres o dos mujeres pasear de la mano.
Él mismo nombra a la inmensa Blanca Portillo y su interpretación de Segismundo en La vida es sueño como algo que ha oído que fue bueno, pero que no le tentaba.
Por culpa de esa inapetencia Marías se perdió una interpretación HISTÓRICA. El trabajo de la Portillo era de una sutileza, belleza, minuciosidad e inteligencia apabullantes que engrandecían al ya de por si enorme protagonista de Calderon.

Pienso también en que si no se sintió tentado por una obra como La vida es sueño con Blanca como protagonista cuando la estructura de la obra era fundamentalmente clásica, estaría horrorizado por la propuesta de Tomaz Pandur de llevar a Blanca como el príncipe de Dinamarca en un Hamlet que como mínimo era transgresor.
Pienso también en que si estas dos propuestas son blanco de sus críticas, el infierno del arte debe ser para él la eléctrica Medea de Andrés Lima que prescindía de decorado, todo el trabajo del grupo teatral Animalario o la Lluvia Constante de David Serrano.
He temido escribir este post desde que se publicó este artículo porque si hay algo que detesto es ser lo que actualmente se llama un hater, pero he pensado en lo bueno que me ha aportado.
En un Marías escribiendo esas líneas en su casa con humor molesto por tener que hablar de algo que le desagrada, sentado frente a un ordenador pensado probablemente en el partido de futbol de esa noche ( él es muy de futbol), y pienso en mi sentada en la Comedie Francaise recibiendo un impacto emocional llamado Les Damnés o en lo que me divertí en el teatro Odeon viendo Dom Juan.
Pienso en el dolor frío que sentí viendo Medea de Andres Lima o lo que me ayudo a abrir mi mente ver los trabajos de Miguel del Arco, todo lo que aprendí de los clásicos riendo y disfrutando con los Ron LaLá y la primera vez que me dejé arrastrar por La tempestad de Sergio Peris Mencheta.
Y me doy cuenta de que todas estas obras modernillas me hicieron más abierta, más tolerante, me llevaron a limites, lugares o sentimientos que no sabía que existían ....pero sobretodo me hicieron pensar. 
Me enfrentaron a mi como persona, a mis creencias y convicciones, a ver las cosas desde otro lugar o imaginar en la mente de otros.
El articulo de Javier Marías me ha recordado todo lo bueno que he visto y vivido en mis años como espectadora teatral, sus palabras en cambio no me han aportado nada.
Los próximos cuatro días llega una de esas obras de teatro que Marías detestaría, Incendios de Mario Gas.
Una obra en la que los actores se duplican o triplican en varios personajes para impactar de lleno en el espectador, una obra maestra de las tablas con un elenco de actores capitaneados por Nuria Espert en verdadero estado de gracia. Nada convencerá al escritor que la vea, pero creo que aquellos que esperamos que la vida nos sorprenda, que buscamos un arte que busque cada vez más allá, que probamos un teatro diferente, más libre y conmovedor, más profundo e ilimitado podremos entender porque paladear Incendios en uno de los mejores teatros del mundo como es el Arriaga, es lo que hace grande el arte del TEATRO.

Aquí la critica en detalle de la obra. Lo dicho...una obra MAESTRA.
http://desmontandoamelody.blogspot.com.es/2016/11/teatro-incendios-de-mario-gas-malditas.html

3 comentarios:

  1. Muy buena reflexión No sé si es provocación por su parte

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    1. Más que provocación...creo que es desidia. Le piden una columna semanal, habrá días que no sepa de que escribir, y esa semana le tocó atacar el teatro. Sin profundizar más, ni tratar de ir más allá.

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  2. Otro día fue al amor "desmesurado "a los perros "perrolatria"....

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