Los ocho primeros capítulos de la sexta temporada de The
Walking Dead dieron una sensación de piezas de puzzle desperdigadas que no
terminaban de encajar. No como algo negativo, ojo, sino como si sus partes
necesitasen separarse para juntarse más tarde con algún sentido.
La historia se dividió en subgrupos y cada uno de ellos estaba
en un lugar diferente, luchando por cosas diferentes.Tras un octavo capitulo en el que los muros (los reales y los metafóricos) que les separaban del mundo cayeron, los caminantes entraban en Alejandría en masa convirtiéndose en una amenaza muy real.
De paso nos dejaron durante unos meses con un cliffhanger en
el Rick y varios miembros más de la comunidad caminaban de la mano envueltos en
un chubasquero de sangre tratando de escapar de los muertos y un niños
susurando mama que helaba la sangre porque les colocaba en una situación complicada por lo fácil que resultaba descubrirlos.
Los primeros minutos son toda una demostración
de lo que va a ser el capitulo, pura adrenalina.
Y es que Daryl, Sasha y Abraham han sido detenidos en medio
de la carretera por una banda de moteros malos (¿Cuantos grupos de moteros malos hay en The Walking Dead? van ya….) que quieren quitarles las armas que han incautado.
Un duelo de western que empieza siendo un si os mato luego
un no y cuando es finalmente un si no hay nada como un Daryl salvando a los
suyos a lo grande.
En Alejandría el cliffhanger se resuelve de manera facilona,
cuando todos consiguen escapar sin que los caminantes se den cuenta de los
susurros, y Carol se despierta como si nada de la paliza del capitulo 8.
Aquí es cuando empece a temer que la serie fuese a coger
todos los caminos faciles habidos y por haber, pero The Walking Dead tiene eso
que nunca decepciona, y es que cuando todos parecen recuperarse…llega la noche.
La noches siempre ha sido un metáfora de sufrimiento para
los vivos en este mundo apocalíptico, y muy especialmente para el gran
protagonista Rick. En la oscuridad murió su mujer y de noche mato a su mejor amigo que
se convirtió en caminante lo que le hizo entender que era un virus y no los
mordiscos los que convertían a la gente.
Así que esta vez cuando cae la noche, la tragedia vuelve con
fuerza.
Y es que si hay algo que The Walking Dead no perdona es el
miedo y la duda. Cuando el niño Sam, rodeado de monstruos no puede más y se
queda paralizado por el miedo, ha firmado su sentencia de muerte.
Rompe la fila
y de paso rompe su única oportunidad de sobrevivir, y en un verdadero tour de force, los caminantes acaban con
su vida y de paso con el de su madre, que lógicamente no puede evitar gritar
cuando muerden a su hijo.
Rick pierde aquí a su ultimo interese amoroso (tampoco es
que la química entre ellos fuese extraordinaria, pero es cierto que tras cinco
temporadas sobreviviendo como un monje fue interesante verle interactuar con
una mujer sin que fuese a vida o muerte) y demuestra porque los tipos como él sobreviven
en ese mundo poblado de miedo, porque sus emociones nunca le sobrepasan.
Esta viendo morir a dos personas que han sido importantes
para él los últimos meses, y a pesar del dolor que pueda esta sintiendo, es capaz
de sobreponerse.
Pero Rick siempre ha tenido un punto débil, y ese es su hijo
Carl.
Cuando este es alcanzado por un disparo, aquí si que pierde toda razón, porque en el un mundo donde todo trata de
sobrevivir y seguir adelante, su hijo le recuerda lo que es la familia, la
inocencia y el estar empezando.
Impresionante la escena en la que el niño se vuelve sin el ojo, porque sabiendo que no iban a matarle ( esta serie es muy salvaje pero hay ciertos personajes intocables) es realmente terrorífica.
Cuando su hijo mayor es herido en el ojo, Rick es golpeado
en donde más duele y de manera mecánica y tras dejar a Carl con la medico de la
comunidad, sale como un absoluto camicace a matar caminantes.
Un acto tan impulsivo y suicida desencadena lo que parecía
imposible en la primera parte de la temporada, todos de suman a Rick y luchan
junto a él por acabar con la amenaza.
Y como el cuerpo a cuerpo siempre es complicado el capitulo
se saca el momento engañoso del día cuando
Glenn, tratando de salvar a Magie, es acorralado por varios caminantes pero…
alejop, en ese preciso instante llega Daryl, Sansa y Abraham para salvarle a
golpe de metralleta.
Y ya van dos veces esta temporada que Glenn se salva por los
pelos. Y es que The Walking Dead hubo un tiempo en el que no tenía miedo en
matar a sus personajes principales, pero a día de hoy prefiere impresionar al espectador
con rescates en el ultimo segundo.
A partir de aquí la
mejor parte del capitulo. TODOS A UNA, una lucha sin tregua para recuperar lo
que había perdido al caerse un muro.
La esperanza de vivir en comunidad y de volver a sentirse
seguros.
La escena frente a la cámara, uno por uno luchando hasta que
coge velocidad y todos acaban siendo uno, es lo que me recuerdo porque me gusta
tanto esta serie.
La noche pasa, la madrugada deja unas calles llenas de
caminantes muertos y a los vivos en el porche de una casa, cansados,
ensangrentados…pero respirando.
Dentro de la casa, Rick junto a su hijo pidiéndole que no
muera y prometiendole un nuevo mundo para que pueda vivir en el.
Cuando estaba viendo esta escena, no tenía lágrimas en los
ojos… solo podía pensar... POR FIN!!!!! Ya era hora que alguien en esta serie
decidiese que lo que estan haciendo es sobrevivir y que la logica en cualquier
ser humano una vez pasado el shock inicial, es tratar de encontrar una cura,
otros seres humanos con los que sobrevivir y reconstruir comunidades en las que
crear una nueva sociedad.
ALELUYA!
Seis temporadas ha tardado The Walking Dead en que uno de
sus personajes quiera un mundo nuevo o una solución, no para los
supervivientes, sino para sus descendientes.
Creo que este capitulo es importante por dos razones:1) Por fin están todos a una, todos luchan hacia lo mismo e incluso los más miedosos o los que creían que no sabían luchar se une a ella.
2) Se abre la posibilidad a que deje de ser todo superviviencia y empiece a ser sobre vivir, que no es lo mismo.
Carol, mi Carol, ha protagonizado uno de los momentos del capitulo. Frente a la ventana, cuando Morgan llega para decirle que no ha podido matarle, ella contesta que debería haberlo hecho.
Carol es el personaje que más ha evolucionado en estas seis temporadas, pero a pesar de su dureza y descreimiento actual, sigue habiendo en ella el dolor de ver a su hija convertida en caminante en aquella granja de aquella lejana segunda temporada.
Todo esto en una solo escena. Es lo que tiene Melissa
Macbride, ser un talento con patas te permite estas cosas.
Ideas sueltas:
- Mishone es un personaje tan perdido, aporta tan poco a la
trama, que cada vez que utiliza la katana me dan ganas de aplaudir. A estas
alturas de la historia su katana es lo unico que ayuda, porque lo que es ella…
Y no, sujetar a la hija de Rick cuando este habla con su hijo no es aportar, es
que los guionistas han convertido a la mujer luchadora y fuerte del principio
en una caricatura.
- Tampoco digo nada nuevo si digo que la niña adolescente ( no se ni me importa como se llama) es un coñazo de
personaje… pasemos a otra cosa.
- La muerte de la familia Anderson, es decir Jessie, Sam y su hermano es quitarse de en medio y
de un plumazo a tres personajes que estaban convirtiendo la trama en telenovela
barata. La madre y Rick liados, el hijo de Rick y el hijo de Jessie buscando a la misma
chica… era demasie para mi body.
Parece que los guionistas lo han entendido y se han despedido de los tres a la vez. Es lo que yo llamo un tres en uno.
- Adoro a Carol y Morgan juntos, funcionan fenomenal a la vez.
Igual que Sansa y Abraham.
- La medico es un personajazo. El paso de esa chica
asustadiza a la mujer que coge el toro por los cuernos para salvar a Carl
es el tipo de historia que quiero ver de ella. FANTASTICA.
- Seamos honestos... Daryl con un bazuca es sexy, Daryl con arco lo es mucho más.
- ¿ Cuantas veces se va a librar Glenn de ser mordido?
- Una vez que la familia Anderson ha desparecido, todos los personajes me han gustado muchísimo.
- Cuando The Walkig Dead se pone.... la tensión es máxima. Maneja los tempos como pocos.
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