sábado, 27 de febrero de 2016

Cine: Tenemos que hablar ( de David Serrano) __________ La crisis de la pareja, la crisis de la sociedad.


Lo mejor de la película: Verónica Forqué y Oscar Ladoire, la química de Michelle Jenner y Hugo Silva sigue intacta, su buen humor, que trate la crisis de la clase media, el cameo de Roberto Álamo.

El momento de la película: Belén Cuesta y Roberto Álamo negociando un traje y un despacho de la empresa.

La frase de la película: -No me echaron, me fui yo. Jorge ( Hugo Silva).

Elegir Tenemos que hablar para ver en el cine un viernes noche cuando ese mismo fin de semana se estrenan La habitación y Brooklyn (las dos nominadas al Oscar y propuestas muy apetecibles) responde a una necesidad de desconectar un rato tras unas semanas de muchos cambios en mi vida, mudanza y corte de pelo incluidos.
Hay veces que una necesita una película ligera para tomarse un respiro y no analizar demasiado, Tenemos que hablar era la elección  perfecta.
Bajo otras premisas nunca hubiese pagado por ver una película que trata sobre una pareja separada por culpa de los malos consejos de él  en temas de inversión a sus suegros y de los malentendidos tres años después para firmar el divorcio.
Pero cuando la película está dirigida por David Serrano, ese señor que creo esa obra maestra teatral llamada Lluvia Constante, esta escrita por él mismo y por Diego San José, está protagonizada por dos de los actores con más y mejor química de la ficción española y secundados por dos pesos pesados como Verónica Forqué y Oscar Ladoire, la cosa cambia.
La base en la que se asienta la película es interesante, cierto que luego el edificio es endeble y que el film no da todo lo bueno que podría dar, pero durante los noventa minutos que dura la historia tengo una sonrisa en la cara, alguna carcajada de vez en cuando, y me olvido de cajas, bolsas y dar de altar contratos de luz y agua durante un rato, cosa que agradezco enormemente.
Es muy probable que de aquí a unos meses no recuerde casi nada de ella y puede que ni de que la vi, pero me ha permitido pasar un buen rato y aumentar en una entrada la cuota del cine español.
Apoyada en los preceptos básicos de la comedia de enredo y con el trasfondo de la crisis y como afecta a una clase media deseosa de dar el pelotazo para hacerse rica, tira de humor blanco, de ese que no hace daño a nadie porque no es incisivo, sino que a través de personajes y situaciones amables nos habla de lejos de una realidad aterradora, la de personas que viendo una oportunidad invirtieron su dinero en temas que eran una estafa o un robo.
De hecho hay una crítica muy velada en esos años en los que uno se hipotecaba y pedía créditos porque los bancos prometían todo y más, sin pensar en las verdaderas y durísimas consecuencias que eso supondría en el futuro.
Toda critica muy ligera, como caricatura y no hacia quien realmente lo perdió todo.
Así vemos a un Oscar Ladoire ( este señor necesita una protagonista ya, Borja Cobeaga estas tardando en darle una película, tu eres el más adecuado para ello) que lo ha perdido trabajo y mujer, por querer más y confiar mal. Una radiografía amable de un personaje en el que mucha gente podrá identificarse y una Verónica Forqué recuperada para el cine, en un pequeño personaje no muy desarrollado pero agradecido, porque al fin y al cabo ella fue la única que tuvo dudas y que apostaba por vivir de una manera más sencilla cuando toda su familia le hablaba de pelotazos.
De hecho ella es la que paga más las consecuencias y acabará viviendo en el piso de Seseña cuando estaba encantada de vivir en el centro de Madrid.
La historia de amor corre a cargo de Hugo Silva y Michelle Jenner, ella con un personaje mejor que el de él. Si tuviese que elegir a una pareja  para protagonizar una historia de amor heterosexual no dudaría en elegirles a ellos, su química siempre ha sido muy potente, desde Los Hombres de Paco. Como acertadamente dice mi amiga Ruth, cualquiera tiene química con Hugo Silva, es cierto, pero con Michelle llega a su máximo apogeo.
Eso sí, Tenemos que hablar  peca un poco de remilgos y apenas hay un beso, todo lo tienen que trasmitir con la mirada. Apuesto por una historia con más carga sexual entre ellos en una película futura... por pedir que no quede.
La historia es un constante ocultamiento entre los protagonistas, la de Nuria a su ex Jorge, la de su padre a su yerno, la de Nuria a su prometido, la de Yoli a Lucas y así hasta crear una comedia de enredo que busca entretener más que retratar la realidad.
Y al final el chico cogerá el atajo para llegar a la chica, porque a veces es necesario salir corriendo.
Ideas sueltas:
 - Ernesto Sevilla está en el limite de lo gracioso y lo cargante. Unas veces de un lado, otras veces del otro.
- La fotogenia de Michelle Jenner es digna de estudio, no se puede tener más ni se puede salir más bella.
- Muchas veces me he visto a mi misma queriendo ver a Lucas y Sara, quien siguiese Los Hombres de Paco me entenderá.
- Da igual que salga 2 minutos o dos horas, Roberto Álamo es un animal interpretativo como pocos.
- España va como un tiro.
- El dinero parado solo pierde valor.
- Es feo que yo lo diga, pero de esta nos forramos.
- Serrano ha rodado ciertos diálogos como un partido de tenis, y acierta cuando lo hace.
- Hay algo muy tierno en Belén Cuesta, algo muy inocente.
- Las relaciones sentimentales están muy idealizadas, pero que sería de una comedia romántica sin ello.
- Las mujeres son las que toman las mejores y más acertadas decisiones en esta película, los hombres en cambio son un desastre.
- ¿ Naciste en Irún? Yo también, conocías al kiosquero.... Diego San José que se te ve el plumero!.

2 comentarios:

  1. Y ese titulo tan temible "Tenemos que hablar" que da un toque melodramatico a futuras probables situaciones negativas por ... no haber hablado primero! Me gustan los títulos en Filigrana o es ka peli la filigrana del título? Tú dirás

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