sábado, 17 de octubre de 2015

Teatro: Medea ( de Andrés Lima) __________ El femenismo pasa por Medea. Mi carta de amor a Andrés Lima.


Creo que uno no solo se enamora de su pareja, creo que enamorase puede abarcar muchas más cosas. Te puedes enamorar de una canción, de un lugar, de un cuadro, de una idea... de mucho más. No solo existe el enamoramiento romántico, existen muchísimas más clases de "enamorarse".
Unos años atrás descubrí al director Andrés Lima en uno de sus trabajos con Animalario, y ocurrió. Su forma de dirigir, de proponer cosas al público, sus historias, las ideas que dejaban trasmitir sus obras de teatro, no solo me sacaba de mi zona de confort habitual, sino que me hacía conectar con sus obras como no lo hacía con ningún otro director.
Eso se ha mantenido hasta el día de hoy, en todas y cada una de sus obras.
Anoche llegaba a Vitoria Medea, que Andrés Lima no solo dirige, sino que también protagoniza....era lógico que no me lo perdiese. Y al salir del teatro volví a sentir esa misma emoción que había sentido hacía años, porque me había enamorado del teatro de Lima.


2ª parte de TEATRO DE CIUDAD: Medea de Séneca.

Lo mejor de la obra: La dirección de Andrés Lima, el impresionante trabajo de Aitana Sánchez Gijón como Medea, el texto de Séneca, la puesta en escena, la química de Aitana y Andrés, lo que cuenta y como lo cuenta, la mujer como protagonista, las emociones primarias de las que habla.

El momento de la obra: La discusión, el enfrentamiento, la pelea entre Medea y Jasón.

La frase de la obra:  - ¿ Qué eras antes de ser mi esposa? Jasón.
                                    -  Era MEDEA! Medea.

Otro texto clásico griego que el experimento Teatro de Ciudad nos acerca y propone. La historia de Medea, casada con un hombre que la acaba rechazando, mandada al destierro y que jura venganza a Jasón hasta las últimas consecuencias.
Es curioso como Medea podría ser un texto contra la mujer, porque aunque colocar a una como protagonista, lo que cuenta es el mayor acto de horror que un ser humano puede cometer, matar a sus propios hijos, y hacerlo como venganza hacia su ex marido.

Pero la grandeza de los grandes textos y de los grandes directores es coger una historia que en principio pueden parecer una cosa y convertir ese germen en lo contrario.
El viaje de Medea es el viaje de las emociones más oscuras y primarias que un ser humano puede albergar: IRA, VENGANZA, ODIO, RENCOR. 
Esas emociones que la llevaran al camino de la destrucción , no solo propio o el del hombre al que odia/ ama, sino al de toda una ciudad y sus reyes.

Es tan delicado el trabajo que Lima hace, que en ningún momento juzga al personaje; lo recoge y lo expone al público para que sea él el que decida y opine. No hay en ningún momento de la obra, ni un solo momento de crítica a Medea. Es su viaje hacia el final lo que nos muestra, y parece pedirnos que le acompañemos para entender lo que le ocurre hasta esta mujer.
Una puesta en escena arriesgada, con esa iluminación que pasa de oscura y tenebrosa simbolizando la ira del principio, pasando a ese color ocre de la mitad cuando representa la decisión de quemar todo lo amado, hasta el final de color blanco donde toda razón ha abandonado a la protagonista.

El ritmo, los detalles de los hijos arrodillados, el colocar a los actores de manera que parezcan confrontados unos a otros, el asesinato sin lagrimas de los niños porque no hay pena sino vacío.
Todo eso es el teatro de Andrés, todo eso es la magia de un señor que no solo desborda talento, sino una visión y un lenguaje tan personal, que es un universo propio que te permite visitar pero que nunca podrá imitarse.

Ese es el Lima director, ese que siempre eclipsa al maravilloso actor que es. El actor magnético, generoso y con una presencia desbordante que rara vez deja salir.

Ese que en esta obra tiene una química bestial con la protagonista Aitana Sánchez Gijón.
Eso que no es fácil que ocurra, y más en teatro. Esa sensación que recibe el espectador al ver a dos actores trabajando juntos, en el que ves a los personajes y no a la persona, y en el que intuyes todo lo que han vivido juntos. Esa química de dos interpretes que deciden arriesgar y darlo todo, confiando el uno en el otro.

Todo esto pudimos ver anoche en el Principal. Todas esta maravilla.
Hacía mucho tiempo que no sentía tanto, ni me gustaba tanto una obra.
Pero no podría ser de otra manera, con Andres Lima siempre me pasa. Es lo que tienen los enamoramientos.

Unos detalles a tener en cuenta:

- No hablo más del esplendido e increíble trabajo de Aitana Sánchez Gijón por una razón muy concreta. Mañana en el blog desvelaré porque.
- Creo que Medea es una obra feminista porque trata a una mujer compleja, difícil, llena de remordimientos y con un millón de aristas más. Eso es, para mí, la verdadera reivindicación de la mujer. No idolatrarla, adorarla o machacarla. Es hablar, a través de personajes femeninos complejos, de toda la realidad que conlleva ser mujer. Y aquí se ve claramente.
- Semejanzas con la otra obra que he visto del Teatro de ciudad, Edipo Rey. Vuelve a hablarse de destierro, de reyes que pueden decidir todo sin contar con sus súbditos, y de madres complejas, para las que la maternidad es fuente de conflicto y no un campo de margaritas.

Esta noche toda la tercer y última parte: Antígona. Si el nivel va subiendo con cada obra, mi emoción por lo que puedo ver esta noche es enorme.






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