martes, 20 de octubre de 2015

Teatro: Antígona ( de Miguel del Arco) ___________ Cuando no basta con querer ser un político honesto.


El sábado pasado pude disfrutar de la última parte del experimento de Teatro de ciudad. La tercera y ultima obra sobre clásicos actualizados para hablar del hoy desde textos de ayer;

Dirigida por Miguel del Arco, es probablemente el director más interesante, solvente y eficaz de la escena actual. Sus obras son siempre complejas, su puesta en escena siempre busca nuevos horizontes pero nunca olvidando la elegancia y el sentido.


Nada de lo que hace, lo hace por hacer. Esa parece ser su máxima a la hora de dirigir. Sus obras, siempre complejas, hablan del ser humano primero y después de la comunidad o sociedad en la que se encuadra. Ese es el Miguel que cogiendo la obra de Sófocles hace una radiografía del poder y de los limites entre mantenerse firme o ser indulgente.

3ª  parte de TEATRO DE CIUDAD:  Antígona de Sófocles.

Lo mejor de la obra: La dirección de Miguel Del Arco, Carmen Machi haciendo del rey Creonte, toda la dirección artística con esa bola del mundo que acompaña al espectador toda la obra, como está creada la muerte de Antígona.

El momento de la obra: El discurso político que el rey Creonte ( fabulosa Machi) da hacia el público con todo el reparto detrás.

La frase de la obra: ¿ Qué es lo que persigues? ¿ Destacar, dar sentido a tu vida?  ¿ O solo que te recuerde por honrar a tu hermano? Creonte.

Que sencillo hubiese sido para los directores de Teatro de Ciudad coger un texto que hablase de políticos corruptos o de la horrorosa situación actual que vivimos a nivel de gobernantes y hacer teatro sobre ello. Fácil porque aunque considero muy necesario hablar de todo eso y de analizarlo a través del teatro, que salto tan valiente es el coger textos clásicos y confrontarlos con nuestro día a día para así ir un poco más allá.
Más allá de la critica y el análisis, y ver que hace a las personas lo que son. Incluso a los políticos.

Eso lo explica muy bien la Antígona de Miguel del Arco. Porque aunque el nombre de la obra lo dé la joven que decide saltarse la ley real que impide enterrar a los traidores, la verdadera protagonista es esa Carmen Machi convertida en el rey/ reina Creonte y todo el viaje que realiza a través de la obra.

Un rey que mirando directamente al público, jura gobernar con justicia, igualdad y equidad, respetando la decisión del pueblo.
Pero primero tiene que dejar una guerra detrás y para ello promueve una ley que impide enterrar a los traidores.
Y el dilema llega grande y espinoso ¿ Que ocurre cuando la ley promovida es quebrantada por su propia sobrina? ¿ Que ocurre cuando es alguien a quien quieres la que decide que tu ley no le interesa? Y aquí es donde se apoya toda la obra, en el camino que Creonte tendrá que seguir para ser justo y dar ejemplo, o ser flexible ante el sufrimiento de quien decide saltarse una norma porque le hace daño. Todo un viaje que Machi muestra con su talento, para llegar a un final trágico como no puede ser de otra manera, en una obra griega.

El gran acierto de la dirección de Miguel del Arco, está en equilibrar a las dos protagonistas, en mostrar al publico cuanta razón tienen las dos partes, pero también cuan equivocada es la actitud de no querer ceder, y el callejón sin salida al que eso lleva.

Aun sabiendo que todas las tragedias griegas acaban mal y con mucha muerte, he de reconocer el respingo que di en mi asiento en las escenas finales.
Maravillosamente llevada, Creonte acaba entendiendo mal y tarde, que el suavizar su postura no ha llegado con suficiente rapidez, y que la tragedia acabará golpeándole con toda la dureza de la que vida es capaz.

La obra peca en determinados momentos de falta de fluidez, ya que aunque las escenas principales tiene una fuerza brutal, el paso de unas a otras me resulto un tanto forzado, no tan natural como en las obras de Medea o Edipo Rey. Pero este es el único pero a una obra enorme, con uno de los momentos más originales de los que yo he podido ver últimamente, en la que la muerte de Antígona se produce literalmente en un globo sobre el escenario, que muestra la oscuridad en la que tiene que vivir sus ultimas horas. No sin antes se nos ofreciese como un sacrificio sobre nuestras cabezas, elevada en un arnés, como mostrándonos por ultima vez a esa joven rebelde que decide no acatar las leyes que se le imponen, y decide anteponer su dolor frente a lo establecido.

Hay obras que se disfrutan, otras que te entretienen, y hay otras que te hacen crecer como persona. Creo que la Antígona de Miguel del Arco, es de la tercer categoría.


 

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