jueves, 17 de septiembre de 2015

Cine: Eden ( de Mia Hansen-Løve) _________________Radiografía de los sueños de juventud.

Lo mejor de la película: La dirección de Mia Hansen-Løve. El viaje de Paul, desde el joven naif hasta el desengañado adulto. Los actores en general. El París nocturno. La música " garage".

El momento de la película: La escena final, sensible, sutil, acorde al tono de la última parte de la historia, y espero que una puerta a la edad adulta.

La frase de la película:  - " Es bonita la juventud"  Vecina irónica.
                                         - " Tengo 34 años, señora" Paul.
                                         - " Pues eso"

Hay una zona en París, toda la que  rodea el Boulevard Saint-Michel, desde la plaza en la que comenzó el mayo del 68 hasta el parque Luxembourg, que es uno de mis lugares favoritos del mundo.
Es llegar allí y es entrar en otro París.
Ningún lugar mejor para andar, callejear, tomar el pulso al arte, hablar de lo divino y humano, y ver cine. Mucho cine, de todo tipo.
Mis cines favoritos de París están aquí emplazados, y gran parte de las mejores películas que he visto los últimos años, las he visto aquí.
Las navidades pasadas me acerqué a uno de esos cines, llamado Le 3 Luxembourg, uno de esos con salas pequeñas alternativas, en las que ni siquiera venden palomitas y en la que la gente se acerca a ver una peli no para pasar el rato, sino por una verdadera pasión por el séptimo arte.
( Llegados este punto.......me entra una terrible morriña al recordar París, echo de menos no tener más tiempo para pasarlo allí....

Pasemos a otra cosa)

Aquella tarde de cine, vi Eden, la última película de Mia Hansen-Løvem, una directora a la que no conocía, pero de la que tras ver su trabajo me convertí en fan.


Mia no solo dirige la peli, también escribe el guión. La historia de un joven llamado Paul, apasionado de la música "garage", y transitaremos junto a él por los años de su juventud. Desde ese joven que vive para sus pasiones, la música, sus amigos y la noche, hasta el treintañero al que los sueños parecen darle la espalda y que ha dejando a mucha gente por el camino.

Yo, que como ya reconocí en otra ocasión, soy un cero a la izquierda en temas de música ( y eso que hace poco descubrí la emisora Rock FM, la cual me está devolviendo un poco de gusto musical) veía un escollo complicado en el tema principal de la película: el mundo de los DJs.


Pero error el mío, la música es una parte grande de la historia de Mia, pero de alguna manera es una escusa para hablar de los sueños, de las pasiones y finalmente de como maduramos y a que renunciamos cuando lo hacemos.
Paul es un tipo normal, alguien reconocible, un personaje totalmente sacado de la realidad, y su historia podría ser perfectamente la nuestra. Ese es el gran acierto de la película, sin artificios se acerca a un tema que nos ocupa a todos: nuestras ambiciones, la vida que soñamos frente a la que realmente nos ocurre.
Regada durante las más de dos horas que dura por una melancolía suave y ligera, al salir del cine tuve una terrible sensación de que lo que acababa de ver era algo que yo he vivido. No he transitado el camino exacto de Paul, pero si uno paralelo. He estado en esa zona de decepción que llega en un momento dado en el que ves que tu vida no se acerca a lo que habías soñado, y es un palo grande ver que hay cosas, sueños, que solo vivirán en tu juventud.
Tratar de soñar otras cosas, inventarte nuevas metas es lo que nos salvará de esa decepción.

Pero Mia no es nada moralista, no pretende darnos ninguna lección, no pretende hacernos la moral de nada. Ella cuenta la historia, la expone, la disecciona y al terminarla, somos nosotros quienes tenemos que ver hasta donde nos ha llevado.

De una manera tremendamente sutil, sin grandes alardes Mia demuestra la grandísima directora que es. Esta es su quinta película, espero que de una larga filmografía.
Actualmente se encuentra preparando su sexta cinta contando de nuevo con el actor de Eden que fue la revelación para mí, Roman Kolinka.
Hijo de la malograda Marie Trintignant, y nieto de ese grandioso actor llamado Jean Louis Trintignant, Roman no prometía nada más que seguir la estirpe de una familia dedicada a la interpretación desde hace varias generaciones. Esta película, le saca del saco de hijo/ nieto de, para llevarlo a un lugar llamado promesa a seguir. La próxima película de Mía debería ser su examen de revalida.
Su artista incomprendido en Eden, lleno de talento y amor por el dibujo, representa en un momento dado la muerte de la juventud, de la sensibilidad, la incapacidad en determinado momento de dejar cosas atrás y pasar a otras nuevas. Pero es que a veces lo nuevo no es mejor, y eso siempre duele.

La música de la película escrita por Daft Punk, ese grupo del que yo solo conozco un par de canciones pero que en ciertos medios son semi dioses, refleja perfectamente la evolución de la música que se escuchaba en los noventa hasta la música electrónica de los años 2000, Hansen-Løve maneja perfectamente la sutilidad, los años que pasan y como todo evoluciona a nuestro alrededor. Incluida la música.

El protagonista de Eden parece querer mantenerse fiel a sus principios, casi como un héroe romántico de novela que sigue luchando por sus ideales hasta el final.
De él, de su camino, de sus miserias y pasiones, de su vida es lo que nos habla esta película que llega a los cines mañana.
Una pequeña y maravillosa  perla, que nos trae una de las pocas directoras en activo en Europa.

Mujeres como Mia son las que hacen avanzar el cine, las que lo desafían, las que lo enriquecen con nuevos universos. Mujeres que escriben y dirigen sus propias historias, y que las sacan adelante en una industria dominada y manejada por hombres. Mujeres que cuentan la historia que quieren contar, la que han escrito no como acto revolucionado feminista, sino intentando que se vea como normal que una mujere escriba y dirija, algo que suena sencillo pero que resulta casi un imposible.
Bienvenidos al universo Hansen-Løve.













No hay comentarios:

Publicar un comentario