jueves, 23 de febrero de 2017

Teatro: Reina Juana ( de Gerardo Vera)_____ de la Reina Concha a la Juana Velasco.

Lo mejor de la obra: Concha Velasco, cada vez más grande, cada vez mejor actriz, cada vez llegando más lejos. La lección de historia que nos dan en hora y media. Que la protagonista sea la vida de Juana y escuchemos su historia a través de ella, no de nadie más.
Un escenografía, una iluminación y unas proyecciones al servicio de la actriz y no al revés. Todo esta preparado para contar la historia y ayudar a su protagonista, no para sacar al espectador de la función.

El momento de la obra: Juana recuerda su primer encuentro con su esposo Felipe.

La frase de la obra: - Moriré siendo Reina, pero nunca gobernaré.

Empecemos por el final, por una Concha Velasco pidiendo callar a un teatro Principal de Vitoria que está aplaudiendo a rabiar porque quiere decir algo.
Después de una hora y media ella sola en el escenario, recitando la vida y obra de la Reina Juana, esta mujer de 77 años todavía tiene algo que decir.
Lo primero, agradece a la gente que haya venido a verla, después nos deleita diciendo lo mucho que le gusta la ciudad de Vitoria la cual conoce gracias a una amiga que la pasea por su casco histórico cuando viene a trabajar y terminando por decirnos las tres palabras que sabe en Euskera aprendidas gracias a su amigo bilbaíno, el director Pedro Olea.
En ese momento solo quieres llevarte a la Velasco a casa y quedártela para siempre.
Lo que demuestra este gesto, es el respeto, el compromiso y la dedicación que tiene esta mujer por su trabajo, o igual podríamos decir pasión porque el actuar parece salirle a LA VELASCO de la entrañas.
Concha aborda en esta obra la vida de la Reina Juana, la que llamamos comúnmente Juana la loca, hija de los Reyes Católicos. 
Ayer comentábamos a la salida lo alargada que es la sombra de la película de Vicente Aranda protagonizada por Pilar López de Ayala llamada Juana La loca.
Comparando los dos títulos vemos la diferente aproximación que hacen los dos trabajos de esta figura histórica.
Por un lado, la película de Aranda pone tras el nombre LA LOCA, centrándose ante todo en la relación de esta con su marido, en la atracción que surgió desde el principio y la pasión que llegó hasta el final.
En la película Juana es ante todo una mujer enamorada, obsesiva, loca de amor.
Es curioso que con los años mi adoración por la película de Aranda haya descendido hasta niveles muy bajos, porque con el tiempo he dejado de apreciar esa visión que el director nos dio del personaje histórico muy centrado en la pasión por su marido y muy poco en su historia como mujer y reina.
Aranda enfoca toda su película en los celos, la pasión y los impulsos. Deja detrás a la mujer.
La obra de teatro en cambio busca contar la historia de la mujer, es REINA antes del nombre, es la historia contada desde su encierro en la ciudad de Tordesillas, es una Juana que revisita las relaciones más importantes de su vida a través de los recueros, su madre Isabel, su padre Fernando, su marido Felipe y sus seis hijos.
Pero sobretodo es una obra que habla del poder y la corrupción.
En la obra de Gerardo Vera, Juana se está confesando por petición de su nieto que teme que su abuela se haya convertido o sea una hereje.
Juana odia la corona porque transforma a las personas, las convierte en seres oscuros siempre en busca de algo más, de más alianzas, de más poder.
NO PODRÍA ESTAR MÁS DE ACTUALIDAD.
Juana murió en 1555 y su entorno es terroríficamente parecido al entorno de la monarquía actual.
Pero esta obra no es evidente en su denuncia de un sistema corrupto, lo hace con sutilidad e inteligencia.
A través de un guion sólido, apoyado en datos históricos que el autor Ernesto Caballero ha sabido integrar muy bien en un monólogo interesante, es cierto que la obra aqueja en diversas momentos de bajones de ritmo que no impiden apreciar al final la elegancia de un texto solido y claro en lo que quiere contar.
Y lo que cuenta es la historia de una mujer a la que manipularon al antojo de la corona, que tuvo que someterse a las decisiones primero de sus padres, luego de su marido y finalmente de sus hijos.
Una mujer que nunca reino pero que fue reina, y que paso a la historia por estar loca de amor.
Pero como las buenas obras de teatro, lo que plantea esta Reina Juana es si esa imagen que ha perdurado en el tiempo no es solo un cliché, sino una reducción de una mujer mucho más compleja y aprisionada en una época que las ahogaba.
Y Reina Juana es la buena suma de tres grandes de la escena teatral, el director Gerardo Vera siempre visualmente estimulante, el autor Ernesto Caballero del centro dramático nacional, riguroso, inteligente y elegante en sus guiones, y una Concha Velasco entregada a la historia en cuerpo, mente y alma.
Velasco tiene 77 años, está de vuelta de todo en la vida y ha hecho todo lo que había que hacer en el mundo de la interpretación....y ahí sigue.
Regalándonos a las personas que amamos el teatro trabajos como este de Reina Juana.
Por lo complicado que es seguir en activo para las mujeres de determinada edad, por la fascinación que hay con la juventud frente a la experiencia, por una mujer que empezó siendo chica ye-ye y ahora es la Reina Juana...
CONCHA VELASCO gracias por dar belleza, inteligencia, talento y dignidad a tu oficio.

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