jueves, 7 de mayo de 2015
Agur Aitor.
Están ese tipo de actores a los que te acostumbras a ver en pantalla de secundarios. Ese tipo de actores eficientes, con talento, que sabes que siempre van a estar bien interpreten el personaje que interpreten.
Aitor Mazo era uno de ellos.
Mil veces le habremos visto en series y películas. Mil veces habremos visto su trabajo sin realmente reparar en el.
Porque Aitor era un actor muy bueno, pero nunca tuvo el gran personaje. Nunca tuvo uno de esos trabajos que marcan la carrera de un actor.
Pero que más da. Aitor fue muy bueno en lo que hacía y eso es más de lo que muchos pueden decir. Tenía una presencia especial, de esos tipos con quien tienes ganas de tomarte unas cañas.
Y también de esos capaces de ser asesinos en serie.
Por eso me alegro que una de sus últimas interpretaciones fuese en Ocho apellidos vascos, no porque la película me pareciese buena, sino porque tuvo mucho éxito y la gente recordara a Aitor como el cura escandalizado por esa boda falsa.
Me alegra porque el público le podrá cara hoy, cuando oigan que ha fallecido. A los 56 años.
Tuve la oportunidad de verle en el teatro hace apenas unos meses en La calma mágica. Que pena pensar que fue la última, de verdad.
Que pena no tener la oportunidad de disfrutar de nuevo de uno de sus trabajos. En el Arriaga o donde fuese. Porque Aitor pertencía a esa generación que ha trabajado en y por el teatro Arriaga de Bilbao, entre los que están también Ramón Barea y muchos otros.
Esos que han hecho del teatro bilbaíno lo que es actualmente. Lo mejor.
Mila esker Aitor, por tu trabajo y por tu talento.
Betira Arte.
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Bonito homenaje Este año la profesiòn ha ido perdiendo unos cuantos ARTISTAS. Ya os echamos de menos...
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